ETNOBOTÁNICOS

El contacto y el establecimiento de una relación con las plantas de poder es un camino único para cada quién. Es una exploración íntima que descubre saberes no sabidos. Es un trabajo profundo con lo inconsciente. 

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Se aprende a escuchar, se aprende a cantar, se aprende a rendirse y se aprende a desaprender. Es un tránsito y es una textura, es una certeza y es una desintegración, es  testificar la presencia del todo y es reconocerse en todas las dimensiones.  Recorrer el camino pide hacerse cargo y responsable, hacer de la palabra un compromiso con lo que hace andar la vida propia. Encontrar eso que despierta en cada uno el sentido de lo infinito y poder traer de vuelta a la vida cotidiana otra forma de vivir, fundando espacios propios de respeto y reconocimiento, vinculándose desde otros espacios compartidos, honrando la diferencia.

 

Adentrarse en el trabajo con plantas de poder es en ocasiones una suave brisa y en otras un remolino abierto; es propicio hacer una trabajo de preparación y de establecimiento de coordenadas para anclar la intención y cuidar la dirección. Es un tejido delicado de palabra, intuición, estructura, canto y deseo. 

 

Trabajamos a partir del discernimiento de lo que pide lugar y lo que no. Entrelazando mundos vamos haciendo que esos elementos que aparecen en las ceremonias hablen y digan su sentido.

 

El trabajo de integración consiste en una reorganización de  los significantes que se han desacomodado por efecto del descubrimiento durante la ceremonia, ésto requiere de dar su tiempo a cada evento. Integrar permite ir reconociendo lo que va surgiendo, hace espacio para ir asumiendo formas de la verdad.